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Manifiesto. 30 años.

(Tiempo de lectura promedio 9 minutos)

Hoy cumplo 30 años.  la edad del fin de las dualidades, ya no eres adulto-joven, eres adulto.

Cuando tenía 27 decidí que la vida que estaba viviendo no era la vida que quería vivir. Tenía buen trabajo, buena plata, una polola que amaba (todavía amo para los pesados)…y eso era todo lo que tenía.

Por esos días leí un libro en que el protagonista se hacía la pregunta, “¿Qué hiciste hoy, que te hace mejor que lo que eras ayer?”, y pasé 10 días consecutivos sin poder encontrar la respuesta a esa pregunta. En ese entonces estábamos sacando un proyecto grande en la empresa y trabajé como 11 horas en promedio diarias. Llegaba a la casa con ganas de nada, con suerte cocinar algo, hablar con la Cami y a la cama.

Desde pendejo siempre he sido una persona bien sobria. Mis viejos se rascaban la cabeza cuando para cada cumpleaños y navidad les decía que no quería nada de regalo. Una vez cuando estaba en tercero medio le dije a mi papá que quería una cámara fotográfica de esas nuevas, “las digitales”. Mi viejo fue y me compró una Sony de las mejores que vendían en Antofa por ese entonces, tenía 8 pixeles y todo, como para compensar por los años de chalecos y calcetines.

Siempre supe que quería viajar. Es mi gran interés, o mi gran pasión.  Después de pasar 6 meses de intercambio en California también supe que lo que más me gusta de viajar es compartir con la gente, aprender de las diferencias entre mi lado del mundo y los otros. Por eso jamás me iba a satisfacer unas vacaciones de una semana en un hotel donde la gente no te recibe, te sirve.

Con todo esto en mente  y la plata ahorrada de tanto no gastar, el 2013 decidimos escaparnos de esa rutina que me tenía chato. Decidimos (decidí y convencí más bien) viajar en bicicleta por que una bicicleta mantiene la experiencia a escala humana. ¿O me van a decir que ir de ciudad a ciudad, de avión a avión, y de hostal a hostal, permite saber de verdad como vive la gente de tu destino? A la mierda con eso, lo hice una vez gastándome un barril de plata y no me terminó de gustar.

Lo bueno de viajar es que comienza cuando te lo propones, lo de subirse al avión o a la bici es sólo el punto de inflexión, pero lo que viene antes se puede disfrutar tanto o más. En los 8 meses precedentes al viaje ahorramos en promedio un 70% de nuestro ingreso conjunto (Casi 1.5 millones sobre 2.2 MM). La Cami tomó un curso de inglés, y lo más importante, abrimos nuestra casa a viajeros de otras culturas a través de Couchsurfing y Warmshowers. Puedo garantizar que de no haber hecho esto no estaríamos acá viviendo en las antípodas a casa hoy.

En rumbosimple.com pueden enterarse de los lugares y experiencias que visitamos y vivimos, los invito a leer los posts de la sección Viaje y aprender sobretodo de las experiencias humanas que nos tocaron en lugares tan distintos como Medellín, Marrakesh o Rotorua. Así que vamos a saltar hasta hoy, 30 de Julio de 2016, para contarles todo lo que aprendí personalmente durante los últimos 3 años.

  1. Una vida sin auto-inspección es una vida mal vivida.

Ilustraré este punto con un caso muy sensible, la vida de mi viejo.  Hombre brillante, exitoso ejecutivo y buen padre. Dio la PAA perfecta e incluso ganó un programa de conocimientos en los 80 que animaba la Bolocco. Decidió jubilarse a los 62 porque ya no se mamaba el estilo de vida que tenía al trabajar. Poco sabía de sí mismo a esa altura porque lo único que había hecho era trabajar.  Al encontrarse sin trabajo y con plata se congeló. No se atrevió a meterse en ninguna actividad, su vida social se fue a piso y su inactividad intelectual le abrieron la puerta a la enfermedad del Parkinson. Lo único que me puedo recriminar como hijo es no darme cuenta de lo que estaba pasando y ver sin interceder como se ponía más huevón con el tiempo. Hoy llamo a mi casa y con él sólo pude cruzar dos palabras, el resto del tiempo está totalmente perdido.  El mensaje es, no existen los años dorados, el presente es el mejor tiempo que vas a tener en lo que resta de tu vida y si no construyes ahora la persona que quieres ser no esperes estar feliz contigo mismo más adelante. Si te cuestionas las cosas que no te gustan de ti o de tu vida, y no tienes ahora las fuerzas para cambiarlas, no esperes hasta que estés más viejo y cagado para encontrar esas fuerzas. Además, reconoce estos síntomas en tus familiares de la generación de más arriba. La generación del "más es mejor", no dejes que lleguen a experimentar el vacío de no saber quien eres si no eres el proveedor.

  1. La plata es sólo uno de nuestros recursos, y no es el más importante

¿Cuánto ganas por hora trabajada? Gana más un tipo que gana 2.000 trabajando 55 horas a la semana que alguien que gana 1.300 trabajando 40? Yo por lo menos no estoy dispuesto a trabajar las noches y los fines de semana por lo mismo que gano durante la semana (Piensen en utilidad marginal).  Nunca he conocido a nadie que sea feliz, mucho menos inspirador o envidiable, que dedique todo su tiempo y su atención a hacer plata.  No solo se transforman en gente detestable para conversar, sino que además no valoran la plata. Yo conozco mucha gente que gana un par de ves más de lo que llegué a ganar yo y que no tienen un peso ahorrado. Víctimas del deseo por lo que no tengo y la nula satisfacción con los que sí tengo. A nosotros después de dos años viajando por 4 continentes todavía nos queda más de la mitad de la plata Chilena que teníamos antes de salir de viaje… y somos los dos personas muy felices, y si yo lo digo con eso me basta. El minimalismo, filosofía que abrazo, se fundamenta en sacar de tu vida los excesos materiales y psicológicos para abrir tiempo y espacio a las cosas que de verdad importan. Puede que no gane tanto, pero esta semana de clima invernal nos quedamos juntos en la cama hasta que el hambre, y no la alarma, nos sacó de ahí. ¿Cuánto vale eso?

  1. La única cosa que vale la pena buscar a toda costa es el amor.

De todos los momentos que marcaron un antes y después en mi vida no hay ninguno con un impacto tan profundo en mi mismo como haber conocido a la Cami (mi esposa). Antes de conocerla era una persona inquieta, nerviosa. Andaba por la vida acelerado como si tuviera algo importante que hacer. Mi camino de vuelta a la casa en la bici lo corría como una contrarreloj (me demoraba 4´50´´ del DUOC de A. Varas a Lastarria con Merced a la hora del taco. Es una suerte que siga vivo). Sufría de claustrofobia, de ataques de ansiedad, y un par de veces de eyaculación precoz . Cuando tomaba lo hacía hasta borrarme, en parte para poder dormir hasta tarde. Mi manera de atender una conversación de pega, o con mi familia, con una mina en una disco, o con un ejecutivo de servicio al cliente de alguna empresa era la misma, peleando.  Siempre tratando de “ganar”. Todavía no sé que mierda tenía que pasar para que yo “ganara” en la mayoría de ellas. Después llegó la Cami y me enseñó a caminar lento, a quedarme viendo cosas en vez de mirarlas a la pasada y a disfrutar a veces del silencio, mientras estamos juntos.  Creo firmemente en que estar en pareja es nuestra forma natural y no una construcción social. Construcción social es el zorrón al que tienen convencido que comiéndose más minas en más bakán. A ese pobre huevón no le contaron que lo hicieron así para que se gastara las lucas en su auto, sus camisas, sus colonias…. Ese huevón nunca ha inspeccionado su vida. Quien ha encontrado el amor puede redestinar sus recursos a ser realmente una persona mejor.

  1. Si tu vida genera impactos negativos en tu entorno, también es una forma de fracaso.

Los latinos tenemos un estereotipo del hombre de negocios exitoso, que se hace rico en industrias extractivas (Puede ser de recursos naturales o de capital humano), que “genera empleos” (que son una mierda y sus empleados son infelices), y que “ayuda a los demás” (donando plata a la iglesia para la mantención de su propia aristocracia). Bueno, esta gente “de bien”, espero yo, será juzgada por la historia como los principales mantenedores de la verdadera cagada social y ambiental en la que vivimos en América Latina.

Gente que le importa una mierda el resto de la gente, que se rodea de gente como uno porque le da miedo todo el resto de la sociedad. Que consume y consume recursos como si fueran inagotables, que tiene docenas de hijos a pesar de tener toda la tecnología anticonceptiva a su alcance...

Esa gente es peor que el resto. Por lo menos los tiempos están cambiando y están cayendo en el descrédito. Quizás cuando haya suficientes en la cárcel o aislados socialmente por sus acciones se den cuenta de todos sus errores y abran los ojos.

Yo por mi parte me he comprometido con la humildad y la frugalidad. Ahora mismo me encuentro trabajando en el último escalafón laboral, bajo el mando de una pendeja de 20 años bastante tonta, para despojarme de todos los preconceptos que 7 años en mi universidad elitista me crearon. He conocido un montón de gente mala para trabajar, pero entre ellos también hay algunos chicos que sin siquiera haber terminado el colegio, les confiaría mi plata para un negocio a ojos cerrados. Y lo mejor, no andan contándole a todo el mundo con el pecho inflado de orgullo que están “tapados de pega”, sino que andan buscando más horas para ganarse un par más de lucas. Además, me demoré pero definí mi propia ética de consumo. No voy a colaborar con la demanda de las industrias más dañinas como la ganadera (soy vegano), no voy a tener un auto mientras el beneficio para mí no exceda los costos sociales de éste, y sobretodo no voy a participar en la demanda de las industrias construidas sobre el miedo y el status, como la tele y la moda.

Mi intención al escribir estas palabras son tanto compartir mis reflexiones de lo que han sido estas tres decadas, como también subir mi apuesta de aquí a lo que viene. Mis objetivos para los próximos diez años, y espero que me los cobren, son los siguientes:

  • Viajar y conocer más gente y más culturas.
  • Lograr independencia económica. Que mi trabajo me lo haya creado yo.
  • Ayudar al mayor número de gente a dar el primer paso para desconectarse de las condiciones que los mantienen siendo infelices.
  • Formar una familia (De hasta 2 hijos, la tasa de reemplazo sustentable).
  • Tener los huevos para siempre poder salir de situaciones que no contribuyan a mi felicidad.

Ese es mi plan para los 10 años. Lo importante es tener las metas a los 6 meses que apunten a esa dirección.

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Matías Miranda.

Newcastle, NSW, Australia.