Este post fue escrito hace más de dos años, mientras trabajabamos en Newcastle, Australia.
Hoy es miércoles 23 de Junio y vengo saliendo del trabajo. Hace tres semanas atrás la Cami, mi esposa, fue operada para remover células potencialmente cancerígenas de su cuello uterino. Desde ese día me propuse hacer lo posible por recuperar nuestra capacidad de ahorro lo más rápido posible, para poder contar esto simplemente como una anécdota y no dejar que se nos transformara en una excusa para no poder hacer las cosas que queremos hacer con la plata que en el papel íbamos a poder ahorrar acá en Australia.
La manera de materializar esto fue ofrecerme para hacer más turnos en cualquiera de los dos trabajos que tengo ahora, y afortunadamente mi manager en uno de ellos me ofreció un turno el Martes, que era mi único día libre. Así que, si bien no trabajo muchas horas al día algunos días, tampoco tengo un día en el que puedo simplemente hacer lo que se me dé la gana. Quiero compartir con ustedes que quizás nunca han pasado por esto las cosas que aprendí a valorar de esta experiencia.
Antes de este período me encontraba activo, me despertaba temprano y me proponía salir todos los días aunque fuera a tomarme un café. La mayoría de los días iba a hacer deporte, ya sea a nadar al mar o a hacer ejercicio al parque vecino a casa. Hoy me desperté a las 10, vi un partido de fútbol y luego me acosté a dormir por una hora más. Simplemente no encuentro el ánimo para seguir una rutina de la cual me sienta orgulloso. Lamentablemente como me encuentro imponiéndome muchas restricciones en este momento (Ser vegano, no incurrir en gastos innecesarios, abstinencia sexual por un mes como parte del post-operatorio) al parecer el músculo de mi fuerza de voluntad simplemente se desgarró. Por esto mismo cuando uno está cansado es más difícil mantener una dieta y caer en la complacencia o indulgence como se dice en inglés. Libro recomendado sobre este tema: The willpower Instinct.
La verdad es que mis trabajos me gustan. Estoy todo el día moviéndome, lo que contrasta brutalmente con mi ex trabajo donde podía pasar 50 horas al día sentado en un escritorio frente a dos pantallas. La gente con la que trabajo si bien no es muy abierta, es lo suficientemente agradable como para tener un buen rato cuando la intensidad del trabajo lo permite. Ahora lamentablemente me encuentro cada vez más con unas ganas imperiosas de que el reloj le meta a fondo y corra más rápido para poder irme a la casa luego. Además, me di cuenta que por lo mismo quizás reaccioné mal ante un par de situaciones que quizás de haberme encontrada full descansado ni me habrían provocado dar una respuesta. ¿Quizás cuantas veces en el trabajo nos encontramos con alguien de mecha corta e irascible sin jamás pensar cómo será su vida afuera de la oficina?
Al irme de viaje sentía que estaba arrancando a “la pesadilla” de la semana laboral y que “nunca más iba a odiar los lunes”. Todo eso fue verdad, y lo amé durante el tiempo que estuvimos viajando. Ahora sin embargo al ni siquiera saber cuándo va a caer mi próximo “fin de semana”, me muero de ganas de poder meterle algo de planificación a mi vida privada. Como contraparte a eso, acá hay semanas en las que no me entero hasta el domingo previo en la noche que días me va a tocar trabajar a la semana siguiente. Sigo compartiendo que saber exactamente cómo va a transcurrir tu vida hasta las próximas vacaciones no es forma de vivir, pero también hay que saber transar. En este momento yo sé que estoy postergando mi felicidad temporal por un bien mayor (Independencia económica durante ojalá todo el próximo año), pero tuve que estar así para saber cuantificarlo.
Cuando pienso en quienes llegarán a leer esto, me imagino a mis círculos, a mis amigos y sus amigos. Gente medianamente educada que probablemente no tenga mucho problema encontrando trabajos que le aseguren sus días de descanso. Sin embargo es muchísima la gente para la cual el descanso es un lujo que no se pueden dar. Mientras yo tomé la decisión de hacer esto como algo pasajero, para poder mantener la fantasía de viajar, hay mucha gente que ni siquiera ve aspiraciones mayores que poder tener un techo y comida para ellos y sus familias, y que por años viven el día a día. Gente que nunca espera los viernes ni maldicen los Lunes, son todos los días parte del mismo continuo. También hay otros que ya querrían poder trabajar todos los días con un ingreso asegurados para que el hambre y el miedo dejaran de ser su única preocupación (1.200 millones de personas o un sexto de las personas en el mundo).
Acabo de terminar de leer un librazo de James Altucher que se llama “Choose Yourself”, en español “Elige a ti mismo”. En este manifiesto personal el autor dice que los tiempos de ir a una Universidad para poder entrar a una corporación que te cuide y se preocupe de tu salud, techo y jubilación (mientras ahorras para poder mandar a tu hijo por el mismo camino) ya se acabaron. La verdad, y yo comparto esto, es que hoy en día las personas pueden brillar por cuenta propia, lo que atenta contra los intereses de las empresas que necesitan del anonimato de sus empleados para ser ellas las que brillan.
Piensen que pasa con los periodistas que tienen más seguidores en redes sociales que sus estaciones. En Chile puedo pensar en ejemplos como Manuel de Tezanos, que ahora tiene su canal de Youtube y para eso, no le trabaja a nadie y controla su línea editorial. Otro ejemplo es Fernando Paulsen, que simplemente se taimó porque le cambiaron al jefe y renunció. Su vida no se acabó y su nombre está intacto.
A raíz de la crisis de los fondos de pensión en el mundo entero me da por pensar que ningún empleado llegó nunca a jubilar con la plata que esperaba, mientras que hay muchos que nunca trabajaron las largas horas, pero crearon valor para una, dos, o millones de personas y pusieron su empresa y viven mejor de lo que lo hicieron durante su vida laboral (En términos técnicos, una tasa de reemplazo mayor al 100%).
Acabo de bajar la aplicación Air tasker, que es básicamente un Marketplace laboral donde puedes ofrecer plata a cambio de cualquier servicio, desde pasear al perro hasta optimizar el SEO de mi sitio web. Cuando estos puntos de encuentro tengan alcance mundial y transversal, ¿Para qué un emprendedor va a necesitar de meterse un costo fijo como un salario, más espacio físico para decenas de trabajadores, si los servicios que requiera van a estar todos disponibles por el período necesario y nada más?
Mientras escribo me pregunto si debo contratar a alguien en India o Croacia para que me mejore la imagen del blog. Yo ya me cansé de tener que aprender de wordpress, de Facebook, de HTML, de pingback de comentarios blablablá… para poder compartir lo que quiero escribir, sin embargo, sí sueño con que algún día lo que comparta acá me abra puertas a cosas más grandes… todavía no, pero quizás algún día.
Quiero cerrar con la conclusión de mis reflexiones de hombre cansado:
Todo trabajo manual o intelectual dignifica, y también enseña. Prefiero tener un currículum que diga todo lo que aprendí y viví, poniéndome en situaciones nuevas para mí con frecuencia, que el de un experto en actividades muy acotadas. Quien sabe si llega alguien que cobre menos y me encuentre sin empleo y aterrado. Mi objetivo debiese ser ser capaz de poder transar mi tiempo por el mayor valor posible, y que haya el menor número de personas con la capacidad de afectar mi vida (Un jefe que me eche, un gran cliente que me deje, etc)
Con su permiso ahora me voy a repartir comida en bicicleta para Uber y a descansar, mañana comienzo a trabajar en una construcción.
Espero sus preguntas y comentarios!