!Todo listo!
Aterrizar en Marruecos fue una sensacion como nada que hayamos sentido antes.Primero está la ansiedad propia de semejante aventura (miedo, nervios, arrepentimiento), no todos los días uno se propone atravesar un país como Marruecos en bicicleta. Pero además tuvimos que sumarle el que nuestro avion salio dos horas tarde, y que íbamos a llegar a las 12:30 de la noche donde un tipo de couchsurf que todo lo que nos dijo fue que lo llamásemos cuando lleguemos. Mientras esperabamos el avion le conversamos al señor al lado nuestro, lo que terminó siendo un factor importantísimo de nuestra experiencia
Al aterrizar, por supuesto que el couchsurfer no nos contestó y ahi quedamos con las dos cajas de las bicis, otra caja de 15,00 kilos (limite de la aerolinea) y otros dos bolsos. Javier, que era este señor que tenía un negocio en Marrakech y por ende ya se manejaba nos ayudó a tomar un taxi y enfilar hacia un Riad, hotel tipico, que nos habian mencionado otras chicas del avión. Resultó que la dirección que nos dieron estaba o incompleta o errónea porque ni los tipos de los alrededores nos pudieron ayudar. Javier nos acompañó mientras el taxista nos quería bajar con las cajas a buscar en tres hoteles distintos hasta que dimos con uno que nos recibiera. A esta altura ya eran las 2:30 AM y a él lo esperaba su señora. Entremedio nos tocó caminar calles vacías y oscuras, tocando puertas pequeñas suplicando que alguien abriera sólo para que nos dijeran que estaba todo lleno de ingleses.
Si bien la gracia del hotel nos costó una plata que no teníamos considerada, nos permitió descansar del stress de la noche y armar las bicis y las alforjas con toda tranquilidad. Decidimos pagar una noche más para poder salir a conocer sin tener que andar buscando otro lugar, que no íbamos a encontrar mucho más barato tampoco.
Personalmente lo más parecido a eso que había hecho fue meterme a un sauna una vez. Así que estabamos medios nerviosillos, especialmente con nuestras tangas dignas de Luciana Salazar que nos pasaron para ponernos, Luego nos invitaron a una salita hermosamente decorada y calurosa como un carajo, la señora que nos atendió nos mojço y dejó ahi que el vapor nos abrieselos poros de la piel. Después nos hicieron algo exfolidador, nos lavaron el pelo, nos tiraron agua.... yo no sé mucho del tema pero la verdad es que salí haciendome cariño de lo suaaaave que quedé. Para complementar el tratamiento nos hicieron masajes en los pies y nos dieron té.
Sólo de pensar en Javier y su idea de emprender en un lugar loco como ése, sin hablar un poco de francés o arab, en un rubro del cual no sabía nada... debiésemos inventar una palabra nueva para los emprendedores Hardcore como él. El hecho de que haya empatizado tanto con nosotros demuestra que nadie la tiene fácil viniendo del mundo occidental cuando cae por primera vez en Marruecos. En fin, lo mínimos que puedo hacer es recomendarles Los baños (les baignes) Azahara por si pasan por allá.
Decidimos que lo más sabio era partir en las bicis a la mañana siguiente, por plata y porque sentí que más de la ciudad podía ser más de lo mismo, lo cual no significa nada malo. Nos tocó tomar una decisión y espero no haya sido la equivocada, dejamos en el hotel los tabarros originales de las bicis. Eran de éstos que llegan casi hasta el piso, ideales para el clima inglés pero un poco peso muerto en lugares como Marruecos. Tengo el plano de unos pequeños y livianos que podemos hacer si se presenta la ocasión.
Las bicis quedaro bien con las alforjas y parrillas. Bien, pero pesadas, mucho más que lo máximo que habíamos probado antes. En la primera carga cometimos errores de principiantes como dejar el centro de gravedad muy arriba. Nos compramos patas de apoyo y las pobres lloran cada vez que paramos la bici, es un arte logar que queden firmes ante tanto peso. Nuestra bicis tienen dos alforjar atrás y un bolso encima de la parrilla, mientras que adelante solo yo llevo un pequeño bolso de manillar y no tenemos ni las parrillas. Tomamos esta decisión para evitar meternos en el juego del balanceo de peso en el eje de la dirección. El problem es el desbalance entre la parte de atrás y adelante, que cuando vas subiendo se siente, pero estoy tranquilo pues una vez agarras impulso ya no es nada y no creo que comprar más alforjas hubiese solucionado realmente nada.
Asi llegó el Lunes 23 de Febrero del 2015; día 1. Dormimos los dos con la guata apretada, desayunamos lo que comprarmos, guardamos el resto de la comida en el bolso y salimos. Primero a sacarnos unas fotos ante la torre de la gran mezquita de la plaza con las bicis y ya a encontrar la salida de la ciudad.
Nuestro destino cercano es la ciudad de Fes, que se encuentra a unos 500 kilometros de Marrakech, sin embargo como vamos por caminos secundarios y visitando otros pueblos no sé el numero exacto pero debe andar por los 580 kms.
Una hora y 45 minutos caminamos con las bicis atravesando la medina hasta dar con una de sus entradas traseras, luego anduvimos un rato por una congestionada calle y dimos con la salida de la ruta N9 con destino a Ouzazate, nuestra salida. El paisaje de inmediato se mostró hermoso, un día soleado y fresco, ideal para pedalear, palmeras, desierto y de fondo las nevadas motañas de las cordillera Atlas. El ánimo nos subió apenas fuimos libres de andar por tan lindo paraje, cruzando el barrio alto de la ciudad, de casas que parecen palacios en los lindos diseños Arabescos.
Luego empezamos con los primeros síntomas de viaje como el dolor de poto, los labios secos y las malditas interrogantes como "no será malo este asiento? "No me quedará muy grande la bici?" Puede que la respuesta sean sí y sí, pero hay gente que ha dado la vuelta al mundo en lo que comparativamente es un inodoro con ruedas y dos bidones de alforjas asi que no nos van a detener esas pendejadas.
Nuestro primer poblado en el camino fue Alt Ourir, no mucho que ver pero nos sirvió para darnos cuenta que a la medida que te alejas va desapareciendo el francés y quedamos sólo dos chilenos con nuestro conocimiento del Árabe...la raja. La Cami iba de muy buen ánimo, lo cual a mi me tranquilizó un montón. Verla pasándolo bien y sonriendo me alegró un mundo. No quiero pensar que el primer día de nuestro nuevo estilo de vida ya fue un sufrimiento sabiendo que nos quedan meses y mese por delante.
A las 5 de la tarde cuando ya el sol comenzaba a decaer decidimos buscar nuestro primer lugar de acampada. Como el paisaje era abierto y con pocos árboles esperamos hasta acercarnos a una casa a preguntar si podíamos ubicarnos al refugio de la casa. Nunca se recomienda dormir muy a la vista del camino para no despertar la curiosidad de la gente del camino.
Llegamos a la casa y salió un niño con una señora. Haciendo mimica y mostrándoles la carpa nos hicimos entender que queríamos acampar ahí. La señora accedió y nos abrió la barrerar de ramas de espino que tenían para que no se escaparan las cabras para que entrasemos con las bicis. Comenzamos a instalarnos mientras los niños nos veían y sacaban fotos con el celular, riéndose. Nosotros sonreíamos de vuelta y tratabamos de darles las gracias de cualquier forma. Cuando ya teníamos la carpa armada llegó una niña con una bandeja con pan, mantequilla, aceite de oliva y café para los dos.
Agradecimos nuevamente lo mejor que pudimos y quedamos felices sacando las cosas de los bolsos cuando llegan dos niños con la señora de la casa a decirnos que nos invitaban a dormir adentro. No sólo eso si no que otro niño nos quería llevar a su casa que quedaba bajando por el camino. Accedimos felices y agradeciendo la oportunidad de conocer por dentro el hogar de una familia Marroquí.
Dejamos las bicis en el patio interior y nos invitaron al salón, con sus asientos de telas rojas y fuertes, con cojines similares y una mesa redonda para sentarse en el suelo. Primer error cultural, entré con zapatos y la alfombra de ahi no se puede pisar. Accedimos a comer con ellos y mientras tratabamos de hablar con los niños uno puso musica marroquí y trataba de enseñarnos a bailar. Luego puso Justin Bieber y todo se derrumbó...
Con los vagos conocimientos de inglés que tenía uno de ellos pudimos pedirles que nos dijeran el nombre de algunas cosas útiles, como izquierda, derecha, baño, gracias, por favor, etc. Ahora en nuestra libreta tenemos no solo la pronunciación sino que además el alfabeto árabe y algunas palabras que nos debiesen servir como guía para entender el idioma, pero lo veo muuuuy poco probable.
De cena sirvieron al centro de la mesa un plato grande con cabellos de ángel y cucharas. Lo encontré un poco fome porque no íbamos a conocer nada local, de igual forma comí como enfermo para reponer las energías gastadas. La niña nos dijo algo así como esperen un poco y pensé que nos traería té, pero apareció con un plato más grande que el anterior de Tagine de pollo, aceitunas, arvejas y zanahoria, aliñado con lo que creo que era azafrán. Además de un pan gigante el cual se corta y con eso vas sacando la comida del plato, nada de cubiertos. Con la Cami nos miramos y nos pusimos a comer aunque ninguno de los dos tenía ya hambre. Segundo error, para los seguidores del islam está mal comer con la mano izquierda, y la Cami en su condición de zurda estuvo realizando esta difamación hasta que le llamaron la atención. Luego salieron mandarinas y manzanas de postre, además de té con leche. A esa altura el sueño ya nos hacía cabecear.
Los niños querían seguir jugando a las mimicas pero dimos a entender que queríamos dormir. Como no tenemos anillos nos dijeron que teníamos que dormir separados cada uno a un lado del salón pero al menos en la misma pieza. Tuve que ir al baño y sabía que iba a ser otra experiecia. Éste consta basicamente de un hoyo en el suelo y una llave que tira agua en esa dirección, un lugar para pararse y no mojarse las patitas, y nada más. Afortunadamente al menos a esa hora nadie lo había usado para un number 2 recientemente...
Nos extrañó no ver un padre de familia, aunque al preguntar por la familia nos explicaron que habían otros 3 hermanos mayores al parecer estudiando en un internado, y una con su familia, sin ninguna referencia al papá. Esto nos incomodó porque no sabíamos si de repente iba a aparecer un Marroquí con cara de pocos amigos preguntando quienes eran los dos disfrazados que dormian en el salón. Al día siguiente nos contamos que al primer ruido los dos saltamos toda la noche sin saber que estábamos ambos despiertos.
Llegó la mañana y Ismael, Youssef y Hannan nos invitaron a tomar desayunos que consistía en café, que de verdad es algo dulce a base de leche, pan con aceite de oliva y frutos secos. Además nos sirvieron después algo así como un sémola con arroz bien salada y mala, que afortunadamente no nos tuvimos que comer. Nos lavamos los dientes, peor suerte respecto al number 2, y partimos nuevamente. Estaba nublado y frío, afortunadamente no llovió aunque amenazó harto rato.
El paisaje se transformó en hermosos pastizales sólo interrumpidos por filas de olivos y espinos ocasionales. Se puede ver al horizonte en todas direcciones sin encontrar un terrenos cercado más que por cactus de tunas o ramas de espinos. Anduvimos en dirección norte siempre con la hermosa cordillera Atlas a mano derecha. Por esa referencia no podía evitar pensar que estábamos en el Chile de hace 100 años, solo con mezquitas y sus llamados a la oración por altos parlantes para traernos de vuelta al presente.
Nuestro objetivo para este segundo día fue la ciudad de Demnant, en la ruta 201. El mapa que llevamos lo muestra metida a los pies de la montaña asi que supusimos que sería nuestro primer enfrentamiento con las subidas y nosotros con full peso. Nos detuvimos a almorzar sandwiches de tomate y otro de miel, más plátanos y una naranja más una botella de agua. Es el momento para decir que nuestrtas sillas plegables han resultado la mejor compra hasta ahora, en cada parada las sacamos y son como una mecedora para descansar. Dormimos una pequeña siesta y seguimos camino hasta efectivamente enfrentarnos a un par de subidas fuertes, de esas que requieren de tu cambio más bajo, aunque en nuestras condiciones actuales la verdad ni nos acercamos a los más altos.
Llegamos finalmente a Demnant a los pies de la montaña y rodeado por olivos. No es el pueblo más lindo pero con el nivel de cansancio que llevábamos sabíamos que hasta aquí llegaba el día. Buscamos un sitio apartado para poner la carpa y un señor nos ofreció ponerla tras un conjunto de casas por ende no a la vista del camino, donde tenía sus vacas. Como un deja vu, cuando ya teníamos armada la carpa se apareció el señor con una bandeja con té y pan con aceite de oliva, y luego nos invitó a dejar las bicis en su garaje y dormir en su casa. Aceptamos lo de las bicis pero como ya estábamos cocinando y francamente ni siquiera hemos probado los sacos de dormir, pasamos con la invitación a dormir.
Y así nos encontramos ahora, dentro de la carpa, en mi silla, con la temperatura baja como en toda montaña en invierno pero nada muy desagradale. En dos días de travesía nos hemos gastado 11 Dirhams o 1 euro en el almuerzo, más un poco de nuestras provisiones originales. Mi única preocupación es que nuestra velocidad promedio, y sobretodo la velocidad el terreno plano y sin viento está muy baja. Hemos hecho hasta ahora 113 kilómetros, 53 el primero y 60 el segundo día. Todas nuestras estimaciones se basan en que podamos hacer hasta 100 kilómetros por día y así tomarnos días de descanso y promediar lo suficiente para alcanzar a hacer la ruta europea en la duración de nuestras visas y llegar a Teherán en Octubre.
Espero que con el pasar de los kilómetros mejoremos nuestro aguante, que disminuya el dolor de culo, pero sobretodo que sigamos disfrutando y sorprendiéndonos de lo lindo de la tierra y de su gente.